Guíanos, suave Luz, a través de las tinieblas.
Te suplico: guíanos.
La noche está sombría. Estamos lejos de la casa.
Guíanos. Te lo rogamos, Señor.
Vigila nuestros caminos.
No te pedimos llegar al fin del camino enseguida.
Nos basta saber el paso que hemos de dar.
En otros tiempos no te pedíamos que nos guiaras.
Nos gustaba elegir y seguir la ruta,
siempre a la luz del día.
Ahora, te rogamos: guíanos, Señor.
Confiábamos en nosotros mismos,
y a pesar de nuestros miedos,
el orgullo nos dirigía en los caminos.
Olvida nuestro pasado lleno de soberbia.
Tu fuerza y tu poder es tal
que nos conducirán por tierras y estepas,
montañas y torrentes,
hasta que llegue la plenitud de la luz.
San John Henry Newman