Señor Dios, enséñame dónde y cómo buscarte,
dónde y cómo encontrarte…
Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor,
y yo nunca te he visto.
Tú me has modelado y me has remodelado,
y me has dado todas las cosas buenas que poseo,
y aún no te conozco…
Enséñame cómo buscarte…
porque yo no sé buscarte si tú no me enseñas,
ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí.
Que te busque en mi deseo,
que te desee en mi búsqueda,
que te busque amándote
y que te ame cuando te encuentre.
San Anselmo de Canterbury