Educación y Familia

Me parece que lo que Dios nos quiere regalar sobre todo es el don de la reconciliación.

 

Ana Fernández Gurumeta es psicóloga clínica, está casada y es madre de tres hijos. Trabaja en Madrid dando terapia de familia. Además de la consulta, colabora con los Siervos de Jesús, imparte cursos de afectividad en la Fundación Maior y en diversas parroquias.

 

¿Tres consejos para un matrimonio recién casado?

Lo primero de todo es la confianza en Dios; dejarle a Él sostenernos, guiarnos, acompañarnos y enseñarnos. Lo segundo: no perder de vista que todos estamos en camino, por ello es importante buscar estar abiertos a acoger, a sorprendernos, a avanzar, y a veces a parar y a continuar de nuevo. Y lo tercero, ¡lo necesario que es el sentido del humor!

¿Y para las familias que atraviesan momentos difíciles?

Hacerse cargo de los problemas que vayan surgiendo. Desavenencias, decepciones, discrepancias… por pequeñas que parezcan, son en muchas ocasiones la semilla de la discordia que, si no la atendemos, tiende a enquistarse y a ir creciendo.

¿Cómo podemos aprender a vivir la fe en familia?

Me parece que lo que Dios nos quiere regalar sobre todo es el don de la reconciliación; aprender a reconciliarse. Con nosotros mismos, con cada uno de los demás, con el mundo y todo el valor que tiene. Y cómo no, con Él. Dios nos permite ver más allá de nuestra decepción, o desilusión y buscar siempre el bien mayor.

En concreto, ¿cuál es tu experiencia de cómo la Iglesia cuida a la familia?

Por una parte, la parroquia nos une alrededor de los sacramentos, que compartimos con una comunidad que amplía nuestro hogar. Y por otra, la formación y la atención espiritual que nos han dispensado los Siervos de Jesús desde que éramos universitarios a través de los Ejercicios Espirituales, cursos de formación, convivencias de verano, cursos de novios, etc. Todo ello nos ha permitido crecer, madurar, aprender. Incluso durante la pandemia, que nos parece ya tan lejana, ha sido todo un regalo mantener la vida de la parroquia y los momentos de formación.

¿Cómo encuentras a Dios en medio de la vida familiar?

Él tiene una relación personal con cada uno, especialmente en la oración personal. Y luego en lo cotidiano, a través de las conversaciones y momentos de convivencia: cuando compartimos inquietudes o hablamos de lo que nos pasa en el día, un tema interesante que hemos hablado en clase, alguna noticia relevante o algo que hemos leído en un libro.

¿Cuál es el papel de los padres en la transmisión de la fe a los hijos?

Los padres seríamos algo así como el eslabón intermedio que va traduciendo a los niños el significado del amor de Dios por cada uno de ellos. Pero el vínculo de una familia comienza en Dios. A quien nos vinculamos es a Él, que a su vez nos sostiene en el amor. Así, primero somos hijos, y ahora Dios nos encomienda la misión, como padres, de acompañar a nuestros hijos en este camino de la fe, que no es otro que poner de manifiesto los lazos de Dios con cada uno de nosotros.

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