La misión educativa de los Siervos de Jesús ha estado presente desde nuestro nacimiento porque está profundamente vinculada a nuestra misión de ayudar a las personas a descubrir y a entregarse a la propia misión.
Todos somos conscientes de la importancia de la educación, que nos permite ir labrando el futuro incluso en este presente de pandemia, migración, pobreza material y también espiritual.
La labor educativa es de todos
Las figuras del maestro de escuela y del profesor de universidad son insustituibles, pero en la tarea educativa también intervienen párrocos y capellanes, profesores y formadores de seminarios, responsables de grupos apostólicos e instituciones educativas y sobre todo los padres de familia. Y es que la educación no se agota en la formación intelectual y académica, sino que atiende especialmente a la dimensión espiritual y moral de la persona.
En un discurso a la Congregación para la Educación Católica el Papa Francisco declaró que «Las instituciones educativas católicas ofrecen a todos una propuesta educativa que mira al desarrollo integral de la persona y responde al derecho de todos a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero de igual modo están llamadas a ofrecer a todos, con pleno respeto de la libertad de cada uno y de los métodos propios del ambiente escolástico, la propuesta cristiana, es decir, a Jesucristo como sentido de la vida, del cosmos y de la historia» (13-2-2014). Y definía la educación desde tres aspectos: como acto de amor, porque da vida; como acto de esperanza, porque ayuda a romper ese círculo vicioso del escepticismo, de concepciones y actitudes contrarias a la dignidad del ser humano y, finalmente, como un factor humanizador, pues acaba con el individualismo, y permite apreciar las diferencias y descubrir la fraternidad.
La Educación en la tarea de los Siervos de Jesús
Los Siervos de Jesús buscamos educar desde:
- la familia, acompañando la misión educativa de los padres con la luz de la Palabra de Dios, que funda la familia sobre el amor.
- nuestras escuelas: el Instituto Miguel de Cervantes en México y el Centro Educativo Inmaculada Concepción en Honduras, cuya inspiración cristiana «nos permite incluir en la formación la dimensión moral, espiritual y religiosa, y valorar las conquistas de la ciencia y de la tecnología en la perspectiva total de la persona humana» (san Juan Pablo II, Ex Corde Ecclesiae nº 7);
- las parroquias que atendemos en México, Honduras, España e Italia, y sus grupos apostólicos, escuelas de padres y otras instituciones vinculadas a ellas;
- la docencia en seminarios y atención pastoral en universidades, así como desde instituciones culturales como la Fundación Maior en España e Investigación y Filosofía, A.C. en México.
También, y de manera especial, mediante los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, ocasión privilegiada donde se deja que Dios obre directamente en el alma del creyente (EE 15), favoreciendo un encuentro personal con el Señor.
Es precisamente en los Ejercicios Espirituales donde aprendemos a reconocer a Dios como Creador y como Padre lleno de amor y a dejarnos amar por Él (cf. EE 23 y 230-237).
Educar desde la amistad
En efecto, la actividad formativa de los Siervos de Jesús pretende “secundar la acción del Espíritu Santo que crea en el formando la armonía entre lo humano y lo divino, lo sacramental y lo personal del seguimiento de Cristo. Queremos educar desde la amistad que Jesucristo nos ofrece, aligerando y facilitando que desde el amor la fe nazca y crezca, porque «el amor es la verdadera escuela de la fe» (Adrienne von Speyr).
Para poder atender esta inmensa e imprescindible misión, que toca tantas facetas y revierte en tantas personas, necesitamos su oración. Con la ayuda y la plegaria de todos podemos seguir con fidelidad y amor nuestra tarea educativa mediante la formación de laicos y especialmente la formación de nuestros religiosos y sacerdotes, para que sean «capaces de anunciar el Evangelio con entusiasmo y sabiduría, de encender la esperanza allí donde las cenizas han cubierto las brasas de la vida, y de generar confianza en los desiertos de la historia» (Papa Francisco 7-10-2017).
Si lo desea, puede colaborar con nuestra misión educativa por Bizum al 00915 o aquí.