Entre los pieles rojas del Canadá, la historia de los ocho Mártires
Canadienses de la Compañía de Jesús, que ofrecieron su vida por la conversión de la tribu de los Hurones en el siglo XVII. La Iglesia conmemora su generosa entrega el 19 de octubre.
«Mucho antes hemos dudado si se podía esperar la conversión de esta tierra, sin que antes la regásemos con nuestra sangre. Ya que es un proverbio generalmente aceptado por la Iglesia, que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos, me persuadí de que, sin el riesgo de nuestra sangre, no se podía esperar semejante conversión, ni aun era posible siquiera».
«[..] tengo para mí que un solo año de abnegado y paciente trabajo en estas continuas campañas y contrariedades equivale a un callado martirio, y que por tanto no debemos desconfiar de la conversión de estos pueblos, aunque hasta la hora presente no hayamos derramado nuestra sangre.»
«A pesar de la inclemencia del tiempo, no dejan de acudir desde sus aldeas, que a veces distan muchas leguas. Su único vestido consiste en una piel de animales, y solamente en invierno calzan sus pies con unas abarcas. Forman un espectáculo verdaderamente tierno y consolador, cuando al llegar se postran de rodillas y les oímos orar en alta voz dirigiendo sus preces al Santísimo Sacramento; pero sobre todo cuando se acercan con los “rostros-pálidos” a recibir el pan de los ángeles, ¡oh!, entonces nos sentimos mil veces recompensados por todos nuestros trabajos y fatigas.»
Se puede encontrar link a la obra aquí.