Señor, te suplico que apartes de mí
cuanto me arranca, separa
y aleja de Ti y a Ti de mí.
Aparta de mí lo que me hace mezquino,
lo que me hace seco, lo que me hace rígido,
complicado, abatido,
lo que me hace indigno de que me visites,
me corrijas, de que me ames y me quieras bien.
Compadécete de mí, Señor,
compadécete siempre de mí
y aparta de mí todo aquello que me impide
verte, oírte, gustarte, sentirte, tocarte,
tenerte presente y disfrutar contigo.
San Pedro Fabro